Sobre el 27S

La resaca electoral en Cataluña ha dejado comentarios y lecturas de todo tipo sobre los resultados de las elecciones. El debate se centra en: si tales elecciones deben ser consideradas un plebiscito o unas elecciones autonómicas más. También resulta curioso que prácticamente todas las candidaturas consideren haber ganado (o que los rivales han perdido).

Si se trata o no de un referéndum es algo que va más allá de la denominación que se le ha tenido que dar al acontecimiento (elecciones autonómicas en puridad). Sí parece claro que la sociedad catalana se ha tomado muy enserio estos comicios (casi el 80% del electorado acudió a las urnas), lo cual no debe dejar indiferente a nadie. Sea como fuere los catalanes sí han considerado estas elecciones como un referéndum, una consulta o como la única forma de expresar una respuesta a una pregunta que realmente no ha podido formularse legalmente, y que no es otra que: independencia, ¿si o no? Esta forma de manifestar la voluntad es evidentemente ambigua. La candidatura "pro independencia" Junts pel si, ha obtenido amplia mayoría simple, sin embargo necesitará de la CUP para alcanzar la mayoría absoluta y controlar el Parlament. No obstante, todo ello lo han conseguido sin obtener el 50% de los votos emitidos y traducidos en escaños y ello gracias a nuestro conservador sistema electoral proclive a la formación de gobiernos estables (Ley D´Hont). 

Como digo los porcentajes que la mayoría de los medios han tomado para estimar si gana el sí o gana el no a la independencia se refieren a los votos emitidos y traducidos en escaños, esto quiere decir que los votantes de Los Verdes, Unió y el resto de formaciones políticas que se presentaron y no obtuvieron los votos suficientes para acceder al Parlament quedan fuera de esa proporción, por lo que no se puede interpretar qué pretendían expresar sus votantes. 

¿Qué pasará ahora? No se sabe. La gestión del ejecutivo ha sido, por ser respetuoso en los términos; inoperante y testaruda. Parece claro que las respuestas al movimiento independentista no han surtido efecto alguno y ello no debe extrañar a nadie, decir: "la consulta es ilegal", "la consulta es inconstitucional", "la consulta no puede hacerse y si se hace no tendrá validez" son argumentos realmente vagos que lejos de convencer, enervan al sector propiamente independentista y mosquean a los votantes indecisos que no ven justificación alguna a esa negación de la democracia y las libertades, siendo a fin de cuentas su opinión, clave en un debate tan abierto e igualado.

Para más inri, Artur Mas acaba de ser imputado por desobediencia grave, prevaricación, malversación y usurpación de funciones, todo ello a cuenta de la consulta del 9-N, y, ¿sabéis cuando declarará por esas imputaciones? El próximo 15 de octubre coincidiendo con el aniversario de la muerte de Lluis Companys, quién fuera republicano, catalanista y presidente de la Generalitat durante la segunda república (fusilado en el año 1940). Normalmente me muestro escéptico con las casualidades pero esta es de las gordas, no en vano le citan miembros de la carrera judicial elegidos hace unos años por el propio Parlament, lo cuál tampoco puede pasar inadvertido al olfato medio, ¿por qué no le imputaron antes de las elecciones? ¿Por qué le llaman a declarar ese día exactamente? Porque sí y no hay más explicaciones.

El panorama es complicado y los encargados de lidiar con el asunto no parecen los más resueltos. Veremos como termina todo, pero una cosa parece clara, el pueblo catalán se ha manifestado como ha podido. Si queremos resultados más claros y legibles, solo hay una opción y hoy por hoy parece lejana.

Así es, hasta luego.